12 de marzo
"día del escudo nacional"
Según decreto 10.302/44, el día 12 de marzo queda establecido como Día del Escudo Nacional que, junto con la Bandera y el Himno, son los máximos símbolos de la soberanía de nuestro país.
Nuestro Escudo Nacional Argentino es la fiel reproducción del sello que utilizó la Asamblea General Constituyente de las provincias unidas del Río de la Plata.
La Asamblea encomendó al diputado de San Luis, Don Agustín Donado, que llevara a cabo la materialización de un sello oficial. El artista encargado de la obra fue el grabador Juan de Dios Rivera, quien se inspiró en un modelo que compuso el peruano Isidro de Castro por disposición de Bernardino Rivadavia y que le había sido presentado al Primer Triunvirato.
El sello terminado se utilizó por primera vez el 22 de febrero de 1813, al estamparlo con lacre en dos cartas de ciudadanía expedidas por la Asamblea con las firmas del presidente General Carlos Maria de Alvear y el secretario Don Hipólito Vieytes.
El Escudo Nacional pasó a revestir la investidura de símbolo de nacionalidad cuando el Gral. Belgrano lo hizo estampar en el estandarte bendecido en Jujuy el 25 de mayo de 1813. Su forma definitiva quedó fijada en 1900 por Estanislao S. Zeballos, en ese momento Ministro de Estado; y su arquetipo, establecido en 1944.
El mismo posee la característica forma oval, con su campo cortado en dos cuarteles: el superior azul, representa la justicia, la verdad, la lealtad y la fraternidad; el inferior blanco, símbolo de pureza, fe, hidalguía, integridad, firmeza y obediencia.
En el cuartel inferior dos brazos diestros desnudos, entrelazan sus manos, representando la unión fraternal de los hombres y de los pueblos, sostienen una pica, símbolo de la autoridad, el mando, la dignidad y la soberanía, en cuyo extremo y ya sobre el campo superior, se ubica un gorro frigio que representa la libertad, la igualdad y el sacrificio.
A ambos lados del escudo, en el soporte, dos guías de laurel en símbolo de victoria y de gloria, unidos bajo el blasón con un lazo de cinta con los colores nacionales.
En el timbre, un sol naciente, en oro, con rayos flamígeros y rectos alternados, representa la verdad, la majestad y la prosperidad y posee el sentido de una nueva Nación que surge al concierto universal, pleno de esplendor y de gloria, pura y radiante como el sol, cuyo deseo es vivir luminosamente, en eterno amanecer.