NIVEL INICIAL
Conmemoramos el
25 de Mayo, cuando un grupo de patriotas argentinos forjaron el sendero hacia
la Independencia de nuestro país. Cuando en una lluviosa jornada de 1810, los
vecinos de Buenos Aires alumbraron la idea de sentirse libres e independientes,
protagonistas y artífices de su propio destino. Reivindiquemos hoy y siempre,
las acciones y logros de nuestros antepasados para construir un país mejor
entre todos, unidos y mirando hacia un futuro próspero para todos sus
habitantes
Nuestra Bandera
Nacional estuvo presente en éste homenaje para estar evocando junto a la
Bandera del Gobierno de la ciudad y la Bandera Institucional.
Nuestro Himno Nacional trae el compás de un
ritmo patrio que se multiplica en la voz de cada argentino. Entonamos sus estrofas con respeto y emoción y los alumnos de
sala de 5 lo realizaron en lenguaje de señas. Quisimos regalarles esta
propuesta para manifestar la integración a través de la comunicación.
No faltaron las palabras alusivas la
srta. Vanessa Vaquel fue la encargada de
las mismas.
Y así lo
festejamos….
Se cristalizaron ideas, esperanzas, sueños.
El primer gobierno patrio nació a la luz de
ideales de libertad, progreso, democracia, solidaridad, fraternidad entre los
pueblos y unidad nacional.
Cuando
un pueblo toma la iniciativa de encarar un proyecto que implicará la
transformación total de su idiosincrasia, dos
ingredientes se hacen indispensables: VALOR Y DECISIÓN.
Alumnos de sala celeste y azul nos
dramatizaron cómo se vivieron los hechos aquel 1810…
La voz de libertad regó el suelo argentino…
Baile: “Una historia nueva”
Pregones en la
plaza
Expresión
corporal con elemento
Tangueros
Canción grupal:
“Los tiempos cambian”
Como cada año, desde l813 (fecha en que la Asamblea instituye el 25
de Mayo como Fiesta Patria) festejamos un cumpleaños en el que todos imprimimos
en esos ideales de 1810 nuestros nuevos ideales para este 2014.
Es indudable que para asumir el rol protagónico que nos corresponde en la
historia actual de nuestro país, todos, sin excepción, necesitamos el valor de
Saavedra, la cultura de Moreno, la decisión de Paso, la inspiración de
Belgrano, el entusiasmo de Castelli, la caridad de Alberti, la vocación de
Azcuénaga y el desprendimiento de Matheu y Larrea.
Es
nuestro deber, entonces, recoger la herencia de estos grandes patriotas