Los
musulmanes de todo el mundo, celebrarán mañana miércoles 14 de octubre el Año
Nuevo Musulmán de la Héyira (Al-Hiyra), correspondiente al primer día del mes
de Muharram del año 1437, que recuerda el momento en que el profeta Muhammad
(PB) emigró de Meca a Medina en el año 622 DC, lo que supuso la constitución
del Estado de la Ciudad de Medina. Es importante señalar que el Año Nuevo
Musulmán no conmemora el nacimiento del Profeta sino el inicio de la era
musulmana. Hace, por lo tanto, 1437 años, el Profeta Muhammad (PB) y sus seguidores
musulmanes emigraron de Meca a Medina, abandonando la estrechez a la que los
tenían sometidos los señores de Meca. Ese acontecimiento, aparentemente
insignificante en su momento, ha tenido repercusiones colosales para la
humanidad. La Héyira marcó, pues, el año cero del Islam. Diez años después, el
Profeta Muhammad (PB) murió y fue enterrado en Medina, la ciudad a la que había
emigrado. A lo largo de esos diez años, el Islam fue tomando un cuerpo
definitivo. Necesitaba de la independencia que le proporcionó estar lejos de
Meca para poder alcanzar la plena madurez. La Hégira, el paso de Meca a Medina,
fue el signo de un cambio que permitió al Islam crecer. La Hégira enfrentó a
los musulmanes con la realidad de la elección que habían hecho. El abandono de
Meca supuso la aceptación del reto que el Islam representa. En ese vértigo que
está en la base de la sensibilidad del unitario, el musulmán adquirió la
fortaleza que le hizo reconquistar después Meca, ya como señor y no como
oprimido. En el Islam se habla de dos necesarias migraciones. Una es física:
cuando algo aplasta al ser humano, éste debe buscarse salidas, y, si es
necesario, no debe dudar en viajar. Los viajes, en el Islam, siempre han sido
estimulados, porque desahogan el ánimo, facilitan los intercambios, son fuentes
de una riqueza variada. Pero hay otra Emigración que es aún más necesaria, y es
la Hégira interior, con la que se deja atrás la estrechez del ego para abrirse
a los horizontes infinitos de la Verdad que todo lo crea. Todo musulmán debe
tener claro que la Emigración forma parte del Islam, que es una puerta siempre
abierta para el ser humano. La Migración es un poderoso grito contra las
fronteras, las que existen en el mundo y las que hay dentro de cada uno de
nosotros. Sólo con esa trasgresión se produce una auténtica libertad en la
Inmensidad de Dios. La Hégira fue el comienzo de una nueva era, la del Islam.
La Hégira es la firme decisión de no dejarse ahogar ni aplastar por las
circunstancias, pues el mundo de Dios es amplio y rico. Quien se contenta con
la miseria, quien se resigna con la muerte, se hunde en su propia incapacidad,
en su cortedad. La Hégira nos enseña que el Profeta y los suyos no se
resignaron a ser víctimas, sino que abrieron puertas y buscaron dejar de ser
oprimidos y retornar al mundo como señores.
¡Feliz Año Nuevo a todos! ! بخير
وأنتم عام ك