La
Evaluación Diagnóstica es la que se realiza antes de iniciar el proceso de
enseñanza-aprendizaje, para verificar el nivel de preparación de los alumnos
para enfrentarse a los objetivos que se espera que logren.
La
verdadera evaluación exige el conocimiento a detalle del alumno, protagonista
principal, con el propósito de adecuar la actividad del docente (métodos,
técnicas, motivación), su diseño pedagógico (objetivos, actividades, sistema de
enseñanza), e incluso el nivel de exigencia, adaptar o adecuar el diseño, el
proyecto educativo a cada persona como consecuencia de su individualidad.
Por
lo que respecta a la evaluación de los alumnos no solo se observan sus
conocimientos previos (conocimientos, interpretaciones, comprensiones,
aplicaciones, actitudes, destrezas, hábitos, etc.) sino también su estado
físico, emocional, inteligencia, maduración, capacidades, intereses,
limitaciones.
Para
enseñar bien no sólo hay que conocer las metodologías didácticas y el programa
escolar, sino que ante todo hay que conocer al alumno.