miércoles, 29 de abril de 2020

Día el Animal

NIVEL SECUNDARIO


Día del Animal en Argentina: por qué se celebra el 29 de abril
La fecha es un homenaje a Ignacio Albarracín, quien por más de 40 años dedicó su vida al proteccionismo. Pidió el cierre del zoológico a principios del Siglo XX, impulsó la Ley Sarmiento y exigió que la Iglesia promulgara el respeto a los animales entre sus fieles
Durante la mañana del 28 de abril de 1926Ignacio Albarracín concedió una entrevista al diario Crítica para contar su historia. Habló emocionado del camino que había iniciado 42 años atrás y que derivó en la Ley 2.786, la primera en defensa de los animales e inmortalizada como “ley Sarmiento”. La pregunta obligada fue qué pasó el 29 de abril de 1908, día elegido por el abogado para celebrar en Buenos Aires la primera “Fiesta del Animal” que reunió a niñas y niños de todas las escuelas y a las más altas autoridades de la Capital Federal.
El clima en aquella celebración no colaboró con los planes festivos de “El loco” -apodo que le dieron por su incesante defensa de los derechos de los animales- y debido a una lluvia se postergó al 2 de mayo. La fiesta fue un éxito.
Al día siguiente de aquella entrevista, la casualidad hizo que el corazón del primer defensor de los animales en Argentina dejara de latir. Albarracín murió el 29 de abril de 1926, casualmente en el día que él mismo había elegido para homenajear a quienes más defendía.

La vida “El loco” de los animales
Era una tarde de 1906, cuando Ignacio Albarracín, presidente de la Sociedad Argentina de Protección de Animales (SAPA), paseaba por las empedradas calles de Buenos Aires y vio que un grupo de niños con guardapolvos arrojaban sus cuadernos al suelo para sacar de sus bolsillos hondas o gomeras. Como si fuera un juego, los pequeños estudiantes comenzaron a lanzar piedras contra una bandada de gorriones que dormían sobre las cornisas y molduras de las casas.
Azorado por lo que veía, reaccionó. De regreso a casa, con la imagen en mente, se dio cuenta de que por allí debía comenzar a establecer los cambios que deseaba. “La educación de nuestros niños se resiente ante la falta de principios y prácticas humanitarias. Los que saben qué es la escuela, qué misión les tienen confiada los pueblos amantes de la civilización y del progreso, comprenderán cómo denuncia una verdadera anomalía la presencia de estos pequeños monstruos”, escribió.
Ajeno a pronunciar discursos para recibir aplausos, Albarracín se manifestaba de manera tajante, y tras el episodio con aquellos niños se empeñó para que las nuevas generaciones perdieran las costumbres de lastimar animales. Así, apuntó a las escuelas para que desde allí se fomentara la nueva educación. Esa fue uno de sus grandes acciones.
“Una lección por semana, durante media hora nomás, ya que los padres de familia en su mayoría la descuidan, y no tendríamos niños terribles que en las calles, y seguramente en sus casas, no respetan a nadie”, proponía. Y bajo esa consigna (y aseguran los historiadores que tras reprender a los maestros por no quitarles a sus estudiantes esas armas) propuso que se incorporase en el programa escolar la materia “Educación Humanitaria”, que tenía el objetivo de “educar a buenas personas para el futuro”.
Sin más, definió: “Sin la bondad, la civilización no es más que una mera palabra”. De esa afirmación nació la idea de organizar una fiesta que abriera las puertas a la educación y el respeto sobre la vida de los “más indefensos”, como llamaba a los animales. Se inspiró en las celebraciones de otras naciones y desde la SAPA propuso que se celebrara en Buenos Aires una gran fiesta por el Día del Animal, el 29 de abril de 1926.
Fuente: Infobae.com