Este viernes 9 de septiembre en la formación de entrada del Nivel Medio de nuestro Colegio, despues de ser izada nuestra bandera, se llevó a cabo el recordatorio en homenaje a los maestros, en coincidencia con la conmemoración de los 200 años del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento.
Las palabras alusivas estuvieron acargo de la profesora Fernanda Dobalo, aqui les dejamos parte de las mismas
En estas épocas de comunicaciones tan rápidas como intrascendentes. Tiempos de noticias generalmente banales y convicciones efímeras, ha aparecido una especie de revisionismo superficial que pretende jugar a leer a la Historia con ojos modernos. Esta visión aparentemente novedosa, apela a anécdotas más o menos curiosas y simpáticas, fácilmente digeribles por el pensamiento impaciente imperante. Juzgar al pasado desde la vorágine actual, suele depararnos, sin embargo, algunas sorpresas.
La metafórica estatua que nuestra Historia le ha dedicado a la memoria de Domingo Faustino Sarmiento, no nos ofrece revés, ni huecos, ni dobleces. Porque su obra sólida, permanente, eficaz, generosa, ilumina aún, pese a la morosa gratitud que le solemos dedicar al pasado, el futuro grande y venturoso que espera a nuestro país, si es que alguna vez nos decidimos a intentar alcanzarlo.
Político, Militar, Escritor, Poeta, Periodista, Docente, pero fundamentalmente Estadista, no deja de asombrarnos su legado: Entre tales tesoros, quisiera homenajear hoy, aquí, a su impresionante, conmovedora, construcción educativa. La Escuela Argentina lleva no solo cimientos sarmientinos, sino que conserva forma y contenido de su sello, aún hoy. Es más, quizás los argentinos debiéramos cuestionar nuestro proceder en el último siglo, y preguntarnos si hemos sabido continuar su obra, y enaltecerla.
Para Sarmiento la educación era fundamental, tanto para asegurar la cohesión de la comunidad nacional como para el progreso económico y político. Mediante la Ley de Subvenciones de 1871 procuró garantizar los fondos para la creación de nuevas escuelas y la compra de materiales y libros.
En 1872 ya funcionaban en el país 1644 escuelas primarias, con 97.500 estudiantes. Es decir que, solo durante su Presidencia, se duplicó la cantidad de establecimientos escolares y se triplicó la matrícula.
Impuso la educación laica, igualitaria. Se fundaron los primeros Colegios Normales, la Escuela Naval, El Colegio Militar, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. Proyectó la Ley de Bibliotecas Públicas y las primeras Escuelas para Sordomudos. Sin publicidad, sin mayoría en el Congreso y con la prensa prácticamente en contra.
Hubieran sobrado las excusas, pero como en toda su vida de luchador, impuso su vocación creadora y constructora. Nuestro mejor homenaje pues, es recordar su obra y estimular la admiración de uno de los más inspirados Padres de nuestra existencia como Nación.
Honor y gratitud, entonces, para Sarmiento inmortal.
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