miércoles, 21 de junio de 2017

Secundaria y el Festejo del 20 de junio

NIVEL SECUNDARIO

Es difícil hablar de alguien que ya no está, de quien cambio su vocación de abogado para ocupar el cargo que su patria le ofrecía y aun así pudo decir años más tarde en una de sus cartas: “no busco gloria sino la unión de los americanos.”
Hablar de un hombre que por todo premio a sus gloriosas victorias en los campos de Salta y Tucumán. Solo pidió poder fundar escuelas donde se enseñara a respetar los derechos del hombre.
Hablar de un hombre junto a quien marcho todo el pueblo jujeño durante el éxodo, destruyendo sus pertenencias para no dejar nada que el enemigo pudiera utilizar.
Hablar de un hombre que no replegó su fuerza a pesar de la derrota.
Hablamos entonces, no de un hombre común, sino de uno cuyo destino signo y dirigió miles de destinos, de alguien sobre cuya espalda cayó la enorme responsabilidad de comandar hombres de batallas y acumular resonante triunfo.

Normalmente, asignamos la figura de Belgrano con la creación de un símbolo patrio: la Bandera; porque un 27 de febrero de 1812. En orillas del Río Paraná, sin pedir permiso a sus superiores, se celebró la ceremonia de la Bandera.
Formada la tropa, Belgrano desvaino la espada y dijo: “este será el color de nuestra divisa, con que marcha el combate, los defensores de la patria.”


Es así que hoy, hacia donde miremos ella está, resguardándonos. Cielo y nube que se juntan, que nos obligan a seguir luchando, como lo hicieron Belgrano y tantos hombres, por una patria justa, libre y soberana.

Acto a cargo de 4° año junto al profesor Leonardo Leiker